El presidente Alberto Fernández respondió "absolutamente" cuando si tiene fuerza para ir por un nuevo mandato. También se refirió a la interna del Frente de Todos y, en medio de las tensiones crecientes, aseguró que la vicepresidenta Cristina Kirchner tiene "una mirada parcial" porque no toma en cuenta que el mundo atravesó la pandemia de coronavirus.
El presidente Alberto Fernández aseguró hoy en Madrid que lleva adelante su gestión con “toda la fuerza necesaria para que la Argentina se ponga de pie”, durante una entrevista en la que fue consultado acerca de si tiene planeado competir para lograr la reelección el año próximo.
Durante su gira por países europeos, el jefe de Estado concedió una entrevista a la cadena española TVE.
“¿Se ve usted con fuerzas no solo de terminar su mandato, sino de presentarse a la reelección en 2023?”, le preguntaron a Fernández.
“Sí, absolutamente. Con todas las fuerzas necesarias para que la Argentina se ponga de pie. Y la voy a poner de pie”, respondió.
“Entiendo que ha dicho más o menos que sí”, insistió el entrevistador, ante lo cual el Presidente señaló: .
“Definitivamente, definitivamente. Si hay algo que nos pasa a los peronistas es que nunca nos damos por vencidos. La mataron mil veces, la persiguieron, la desaparecieron, la derrocaron una y otra vez. Nosotros no sabemos de que se trata eso de bajar los brazos”.
El 17 de noviembre del año último, en ocasión del acto por el Día del Militante, Fernández había planteado la necesidad de que el peronismo eligiera a sus próximos candidatos a través de las PASO.
El 8 de marzo último, en tanto, Fernández se había referido a su gestión como su “primer mandato”, durante un acto en la ciudad bonaerense de José C. Paz.
Fernández reafirmó hoy que “el daño que hizo (el expresidente Mauricio) Macri a la Argentina es incalculable” y expresó su anhelo de que “alguna vez la justicia investigue con seriedad” los “negociados” realizados por el Gobierno de Cambiemos.
“Si los argentinos vieran lo que yo me encuentro día a día, nunca pensarían en volver a entregar el poder a Macri, ni a nadie que se le parezca. El daño que hizo Macri a la Argentina es incalculable. La desaprensión es imperdonable. Los negociados que Macri llevó adelante en su Gobierno espero que alguna vez la Justicia los investigue con seriedad”, declaró el Presidente, en una entrevista que concedió en Madrid al diario El País.
Además, el jefe de Estado consideró a Macri como “el más dañino” de los funcionarios de la anterior gestión y reseñó que el Gobierno del Frente de Todos (FdT) ya presentó las denuncias correspondientes por ese accionar de Cambiemos, entre el 2015 y el 2019.
Consultado sobre los puntos de acuerdo con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, Fernández aseguró que no le “preocupa” el debate en el seno de la coalición gobernante.
“Cristina probablemente estará más convencida de lo que ella hizo en sus tiempos de Gobierno. Yo la respeto. Está bien. El debate no me preocupa, me preocupa la obstrucción al Gobierno, es que a veces las voces se vuelven tan altisonantes que no dejan ver la realidad”, expresó.
En la entrevista, el Presidente fue consultado sobre la opinión de Cristina Fernández acerca de que el Gobierno está decepcionado a sus votantes.
“Creo que es una mirada parcial, absolutamente económica, que desatiende todo los que nos tocó pasar en el medio. Vivimos una pandemia, una tragedia que la humanidad vive muy de tanto en tanto, que se ha llevado seis millones de vidas en el mundo, más de 100.000 argentinos. Y con todo, logramos que ningún argentino se quedara sin la atención médica que necesitaba”, respondió.
El jefe de Estado también ratificó su convicción de que la Argentina será uno de los países “más importantes” entre los “proveedores de energía del mundo”.
“Eso puede resolver el problema de los dólares. Tenemos 10 años por delante muy buenos. Pero tenemos que hacerlo bien. Nadie puede vivir con déficit permanente. Eso hay que corregirlo”, respondió cuando le preguntaron si el país “tiene arreglo”.
En cuanto a las tensiones entre el oficialismo y la oposición en el Congreso Nacional, Fernández marcó su convicción de que “nadie está seriamente pensando en un proceso de desestabilización después de todo lo que hemos vivido”.
“Eso también es una creación intelectual de muchos medios. Los Gobiernos no son propiedad de nadie, son de los pueblos. Yo soy un mandatario, que cumple órdenes de un mandante que es el pueblo. No sólo los que me votaron, todos. Escucho, veo sus necesidades, las enfrento. No creo que la política sea un acto de prepotencia, sí es una representación de intereses. Soy peronista, sé que represento: los intereses de los más postergados, los que han caído en la pobreza, de la pequeña y mediana empresa, del pequeño agricultor”, reiteró.
Ante una pregunta sobre un supuesto “giro a la derecha” en la Argentina, el jefe de Estado evaluó que “el crecimiento de las derechas, en Argentina, en América Latina y en todo el mundo, tiene que ver con la decepción, el desánimo que ha generado la pandemia”.
En ese contexto, definió al espacio representado por el diputado libertario Javier Milei como “una suerte de anarquía de derecha, la nueva versión del liberalismo más cruel” y graficó: “Dice negar el Estado, pero lo que hace es sostener el statu quo de los poderosos. Esto empezó con el Tea Party en EEUU”.
Interrogado sobre si era capaz de hacer una autocrítica de su gestión, Fernández analizó: “Seguramente tendremos cosas que habremos hecho mal, pero al día 99 de Gobierno se desató la pandemia y teníamos un sistema de salud destruido. Eso demandó esfuerzo. Durante más de un año subsidiamos el empleo privado. Por eso fuimos uno de los países del mundo que menos trabajo formal perdió”.
“Lo que sí pasó es que hubo un gran desánimo en la gente, un martilleo permanente de algunos medios. Si cerrábamos era un problema, si abríamos era un problema. Hicieron creer que las vacunas estaban poco probadas. Eso fue llegando al ánimo de muchos argentinos. Es hora de que empiecen a ver el tiempo que nos tocó vivir y los resultados positivos que obtuvimos”, consignó.
Incluso, mencionó que actualmente en la Argentina “no hay nadie perseguido, no hay jueces visitados por espías para perseguir a alguien y no hay teléfonos pinchados de opositores ni de nadie”.
“La inteligencia funciona para saber los riesgos de Argentina en terrorismo o narcotráfico. La libertad de prensa es absoluta, cada uno dice lo que se le da la gana, hasta barrabasadas. Eso tal vez no se ponga en valor todavía por el problema económico, pero se logró”, sostuvo.